martes, octubre 31, 2006

Marcha por Oaxaca


En un país en donde hasta los perros manifiestan las injusticias... quisimos salir a gritar que no somos piezas de agedres que pueden manejarse desde lo alto, por que en un lugar en donde los medios masivos nos mienten, y los interéses económicos gobiernan con la bandera de un imperialismo al que no le interesa en lo más mínimo la realidad cotidiana, existe una minoría que hace ruido para despertar a los enfermos de la narcosis con la que a través del tiempo nos han infestado.
Hoy por las ideas que han pervivido siempre, hablamos por los medios que se puedan, gritamos por nuestra libertad, por que también somos libres de abrir los ojos y ver más alla de lo que nos pintan en color de rosa...

**No es de a gratis que los pueblos y estados se manifiesten, son los indicios de una sociedad abriendo los ojos; aunque los que estan arriba nos quieran hacer creer en un desatado terrorismo y estado de violencia parecido a aquellos cuentos de nunca acabar.

Hoy por Oaxaca...mañana, quizá por los que quieran despertar.

30 de Octubre




Ayer probé la muerte y me supo a chocolate, luego le di una mordida a sus achichincles que le acompañaban y algunos sabían a jamoncillo
y otros a azucar concentrada. Exploré la riqueza de sus colores, algunos se veian alegres con acentos caracteristícos de su cultura. Miré a mi derecha y vi las flores amarillas, moradas, blancas...eran los colores de la tierra de noviembre que ya se siente en el olfato. Después el pan de un café brillante con ajonjolí, respiré profundo y los olores se mezclaron, era el olor de las tradiciones de mi tierra, era el aroma de la muerte y la riqueza de la vida. Cuan afortunada me senti, al poner en contacto mis sentidos con todo aquello... de un simple caminar por las calles de Xalapa, de unos instantes tras cortinas de papel picado, de instantes... los instantes que vivo.

sábado, octubre 28, 2006

Momentos



Esta es una noche de aquellas bizarras en las que no todo ocurre como siempre. Sentada en Ávila Camacho en una banca de la parada de autobuces, había pensado que no era muy tarde para tomar el autobus pero ya son casi las once. Tres personas esperando el bus me hicieron pensar que no era tan tarde... 25 minutos y llegó un autobus -que no era precisamente el que esperaba-, después de un leve cruce de palabras con la señora que se encontraba sentada a mi lado, se despidió amablemente deseando que tuviera una buena noche y buen día mañana.
Por un instante me quedé sola, sentada, después arrivó otra señora que esperaba el autobus que va a Xalapa 2000, de mi lado izquierdo vi llegar a lo lejos a un señor a paso lento, quien me observó lentamente como no importandole nada. Se detuvo cerca de la jardinera que está a un lado de la parada y se inclinó para cortar un diente de león, mientras lo observaba cuidadosamente lo vi soplar suavemente a la pequeña flor, de cuyo cuerpo salieron sus volátiles hilos blancos que volaban al contacto con su aliento, suspendidas alrededor de él y con las lámparas amarillas de la calle me pareció ver de repente luciernágas que giraban a su alrededor... de un jalón movió sus manos de arriba a bajo para hacer salir las últimas hojillas de la flor, y caminó hacia la parada, para esperar como yo el autobus.

lentamente, con calma, me parecio verlo disfrutar la noche, o quiza fui yo la que con gran entusiasmo no dejó pasar el momento. Saqué mi libretita y me puse a escribir lo que me parecio un momento grato del otro lado del espejo...



domingo, octubre 22, 2006

Cosas por las cuales sonreir


Hay una pequeña bola de pelos que llegó a casa hace exactamente 17 días, ya hace algo de tiempo que pensé en tener un gato, pero nunca se dio la oportunidad hasta este nuevo ciclo. Y he pensado que quizá no es el mejor momento para cuidar al pequeñin, pero aún así no opuse resistencia a su llegada, y sin arrepentimiento puedo decir que estoy contenta con él.

Hoy recordaba la fecha exacta en la que llegó en manos de Alas, y es que es difícil no escribir algo sobre él, cuando lo veo a un lado de la mesa de trabajo jugando y haciendome compañía e pesar del horario.
Éste gato gris que me acopaña, tiene un buen sentido del humor, es realmente observador y muy curioso como los de toda su familia felina, lo más interesante, es que desde su llegada ha hecho desvanecer los múltiples problemas con los que llega uno después de vagabundear por el extraño mundo de los humanos... y quedo maravillada cada vez que lo contemplo y convivo con el, y pienso; no hay instante más de aquellos... ahora somos Viggo y yo.