jueves, diciembre 29, 2011

Inside the Heart



Se me agotaron las palabras, volvió a mi el silencio... primero comencé a escuchar los pasos en el pasillo, después los segundos que marca el reloj, pude identificar el sonido de mis exhalaciones pausadas. Abrí de nuevo la cortina para observar por la ventana el balcón que se ha pintado de blanco. Es cierto, la frialdad quedó afuera entre las calles y en dias de tormenta, el viento la arrastra como la nieve que vuela y cae por todos lados. Por eso cuando pega y toca la piel, se clava como una fina aguja entre tus poros.

Quise escribir tantas cosas, pero mi imaginación estaba sedada por la calma inmensa que me ofrecen tus arterias, por el perfume envolvente de tus brazos... Y cuando la pesadilla aparece, vuelve el eco de tu voz entre las grutas de mis timpanos, recorre suavemente las membranas, ¿Quien eres?...

Tu figura se dibuja entre las sombras y en mi piel comienza a tatuarse la forma de tus labios ¿a caso te hablaron de mi lesión tisular? Me detuve, pensé en limpiar mi habitación, pero tus huellas me condujeron hacia mis debilidades. El reflejo me enturbió la mirada... ¿quien eres, me pregunté? 

Y el deseo se tranformó en tacto y  la memoria recordó tu rostro invisible, dispuesto. 
Te tomé de la mano y me sujeté a tu dorso, caímos al vacío disolviéndonos entre el profundo azul de una dolina solitaria. Tus manos tocaron arcilla fina y esparciéndose entre tus dedos, cayeron en las profundidades los espasmos de tu cuerpo. Vacias las venas, comenzaron a funcionar, mientras las contracciones ritmicas y espontáneas expulsaban sangre a los tejidos. Estímulo conciente, fuerza y principio, estoy dentro.