lunes, septiembre 10, 2012

Un año más de patriotismo vacío



Dicen que la nostalgia es el sufrimiento de pensar en algo que se ha tenido o vivido y que ahora no se tiene. ¿Será nostalgia aquella que se siente cuando la vista es bombardeada con las imágenes patrias y te encuentras lejos del país?... Más bien sufrimiento al observar el orgullo de un México que se aferra a los triunfos pasados para olvidar  su realidad; una docena de rosas secas y cortadas de raíz, naturaleza muerta que México aprendió a llamar arte.

Llegó septiembre y con el un sexenio más de democracia violada y cinismo descarado, un país de 113 mil millones de mexicanos adoctrinados y controlados, donde una minoría que se indigna es delincuente, loca y alborotadora. Mientras 16 mil millones que han tenido la suerte de estudiar se revela ante un sexenio más de  imposición, el resto del porcentaje no causa problemas porque es acallada en la ignorancia con programas de televisión, telenovelas baratas, academias de canto y teletón. 

México el país dónde manifestarse es un delito, ser mujer es un peligro y la infancia no es más que materia de intercambio por el poder. La deseducaciòn una estrategia funcional, cada día más costosa que termina por endeudar al estudiante sumiéndolo en una vida de conformismo. 

México gran sociedad formateada que no se hace preguntas, obedece y realiza funciones asignadas para no sacudir los sistemas de poder y autoridad impuesta. Este 2012, año marcante en la política mundial, las revoluciones han movido raíces, desde una primavera árabe que en "efecto dominó" logró la movilización democrática de diferentes países, la Europa que alza la voz  indignándose ante una crisis insostenible (España), America del Sur rechazando las grandes transnacionales para decir no al robo del petróleo (Argentina), America del Norte exigiendo un cambio de poder y por primera vez en su historia tiene a una mujer como Primer Ministro, a pesar de ser minoría aún existe en resistencia visible en pro de una educación gratuita en Montreal. 

Y tu, México, que has sido masacrado por demandar un cambio, cuando tuviste la oportunidad de al menos proclamar tu malestar, te volviste como la mujer que no tenía derecho de votar, aquella que cuando logró obtenerlo, tuvo que votar como su marido para no anular su voto. Tan antidemocrático como tener a 60 mil millones de pobres y al mismo tiempo a uno de los hombres más ricos del mundo... Antidemocrático y antipatriótico como yo, hastiada cuando observo que alguien se prepara para celebrar un 15 de septiembre cuando tiene a su prima, a su hermana o a su amiga desaparecida desde el 2010.

 Señores y señoras, la nostalgia de querer un México feliz si existe, se presenta en las personas que quieren un México en la ignorancia, aquél que no se preocupa por los problemas del país, porque no los conoce. Le importa un comino si las transnacionales explotan el petróleo entre los mares porque sólo compra gasolina y mariscos a la vuelta de la esquina, nunca se pregunta por la procedencia de sus alimentos. Tampoco le interesa la polución de áreas de reserva natural a cielo abierto, porque vive lejos de ellas. No lee las noticias porque se estresa y entre más se estresa está menos feliz. Vive sin problemas en un país llamado México, ondea su bandera cada 15 de septiembre sin saber de que se trató el proceso social y revolucionario que dio como resultado una independencia vacía.


sábado, septiembre 08, 2012

Waves



Violenta, desplazándose con la fuerza del viento en la mente, con el efecto de la luna y el sol que atraídos aumentan y disminuyen el volumen de los mares. Imponente, cual viento que golpea entre las aguas y forma olas azules y potentes causando temor entre el navegante.

Te he observado tantas veces entre mis inmersiones, en aquellas ocasiones de visibilidad nula y donde el fondo da lugar a la duda que surge como las burbujas de la respiración bajo el agua.
¿A donde va la energía gastada en nadar contra la corriente?, el aliento que sofocado se disuelve entre el patrón que sigue una sociedad inventada e impositiva.
 Heme entre la dirección contraria, nadando como los salmones, hablándote entre alegorías, respirando por las branquias con latidos intermitentes y extrayendo el oxígeno que me da tu aliento.
Olas, las que vienen a golpear la puerta, las que envuelven y enredan mis cabellos, arrastrándome a la orilla para devolverme la respiración. Lapso en blanco en el que aparece la sinceridad empujada por las aguas.

A donde arrastran las olas una parte de mi…