Volví a creer en tus palabras de cristal, vi el brillo y su gama de colores abriendo para mi el espectro colorido del puede ser...
Preciso momento en el que me he cortado con los cristales lacerantes; mismo instante, misma forma y número. Pareciera una especie de retroceso, un inmenso pasaje ya vivido... mismo horario, misma fecha, otra nueva desición ya tomada.
Aplastado está este corazón, con la voluntad de no volver a pedir inflamarse para ser devorado por esta sensación de quemarse por dentro. Ojos secos, mente en blanco, no doy paso a trás, vuelvo a percatarme de lo que alguna vez me contaba la intuición. Otra música, otras palabras y una nueva forma de afrontar la situación. No lamentos, no reproches, no más razones. Te pienso y siento que como tu no habrá nadie... hay daños que te enseñan a crecer.
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