Y tu estás ahí, tirada en el piso, tan concentrada dibujando mi rostro distraído que observa como reflejas más madurez de lo que solerías tener, justo cuando te callas los pensamientos.
Tu risa delata más que inocencia, tan moldeable como la plastilina de colores que descansa a un lado de los lápices de madera. Tomas uno y pintas mi rostro de color azul, das forma a mis cabellos enroscados y sin saberlo ya has creado un recuerdo memorable… Algunas veces pienso en ti pequeño cardenalito endémico, y la sonrisa sobreviene en mi rostro, las islas se dibujan en el rostro, y el mar azul deja espuma es mis talones…
y te lo llevaste?
ResponderBorrarDesde luego, lo tengo conmigo ;)
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