Nací entre los vientos huracanados y el clima tropical de las montañas y llanuras deforestadas, no fue difícil abrir los ojos entre tanta gente que se movilizaba para auxiliar a mi madre para concebirme, era un lugar pequeño,una casa de cartón, no tuve la suerte de nacer en un hospital.
Mi hogar es el país más pobre de toda América, agrícola y escasamente activo en cuestiones de la economía, soy de ascendencia africana como el 95% de mis hermanos coterráneos. Mi lengua materna es el kreyòl, pero hablo el idioma impuesto por los colonos bajo el sistema esclavista más férreo y cruel desde mediados del siglo XVIII. Para sobrevivir aprendí el francés gracias a la educación de mi madre, el ingles para ganar unas monedas extras y el español cuando viajo entre los límites de la Dominicana.
Mi país tiene historia, una mezcla de religiones impuestas y de origen africano, el reconocimiento de ser el primer país de la humanidad en el que los esclavos abolieron el sistema, sin embargo, aún seguimos siendo un país sumido en el abandono… En tiempos más antiguos nuestra tierra fue habitada por los arawak, caribes y taínos, pero a la llegada de los viajeros marítimos fuimos testigos del comercio informal, hogar de bucaneros y filibusteros de origen francés.
Mi vida pasa por mi mente en imágenes veloces, abro los ojos y observo con tristeza las casas derrumbadas, siento el temblor en mis piernas aún y escucho los gritos de mis hermanos ante el miedo inminente del movimiento telúrico, ante la pérdida de sus hijos, de sus madres... Estamos en la mira de todos los medios internacionales de comunicación, una vez más vendrá la ayuda humanitaria, ¿Será que es necesario vernos devastados para recordar nuestra carta geográfica? Será tan difícil mirar hacia este hemisferio...
Sea por azar, sea por circunstancia, quizá con ello más personas vuelquen sus ojos a nuestro olvidado HAITÍ…
Y cuando todo pase, la ONU seguirá patrullando las calles, tratando de convencer al mundo de que con sus metralletas defienden la Paz.
ResponderBorrarNo hay más muestra de abandono que el simple hecho de nisiquiera poder tener comunicación con los habitantes de la isla o con la llegada rápida de alimentos. Que podríamos esperar después de ver los resultados de tan desgarradora impotencia...¿será necesario reconstruir a Haití? o ¿reconstruir nuestro sistema?
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