En un cuarto de agua vierta tres cucharadas de shampoo para bebés, después, agregue dos cucharada soperas de glicerina. Forme un aro del tamaño que quiera con un limpia pipas de su color favorito. Revuelva la mezcla y remoje el aro para soplar con sutileza.
Observe como el aroma atrae instantáneamente la mirada de los niños, cada burbuja viajando en el aíre contiene magia tornasolada, reventando suavemente en la piel, regalando sonrisas…
Si tiene tiempo, observe como algunas burbujas quedan suspendidas sin reventar en los zapatos negros y lustrosos de los adultos. Es la huella de que las burbujas no funcionan en la gente que ha crecido, a lo lejos podrá, observar como rozan la mano para quitarse de sus trajes, la mágica burbuja iridiscente.