1. A mi inolvidable nota musical:
En verdad me aislé de ti, ya no hay forma de saberte bien, saberte mal...
Probablemente fue el mejor cicatrizante, aunque lleve en mi piel el recuerdo de la cicatriz.
2. A la autora de mis historias inconclusas:
Ayer compré aceite de ajonjolí, estaba entre miles de ingredientes tratando de encontrar miso y furikake, a mi izquierda vi la botella amarilla y recordé un día en el que me di a la tarea de encontrar una parecida para que preparases tus platillos que ponían contento el corazón. Salí del pasillo, la coloqué en el cesto de mercado y pagué felizmente mis adquisiciones. Cuando llegué a casa le dije a mi hermana: -Traje aceite de ajonjolí-, ella me miró con incertidumbre y me dijo ¿y eso con qué se come? Yo sonreí plácidamente y le dije; no lo sé... Alguna vez me prepararon un platillo, pero ya no tuve tiempo de aprenderme la receta.
3. Al sordo que jamás escuchará mis palabras:
Que hermoso es contarte todo sin que te inmutes o critiques mis pensamientos. Tan lejos tú, tan cerca yo, de dónde no estás. Y es por ti, que comenzó esta historia.
4. A la poliglota de mil deseos:
¿Será que tu cuerpo sea como las caracolas que llevan consigo el sonido del mar?
5. Alto! Ya es hora de bajar del autobús...
no importa el tiempo que haya pasado...
ResponderBorrarsiempre es como si fuera la primera vez.
leerte.
your music box.
:D Cajita!!!
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