domingo, diciembre 20, 2009

Avatar (Haciendo analogías)





Son casi las 4 am a decir verdad, no quiero quedarme con las ganas de escribir las emociones de hoy. Es tan raro romper con la rutina que uno suele amar y que de repente se pierden en el tiempo. Pero hoy no quiero hablar de ello, simplemente estoy escribiendo frente a la pantalla
-como suelo hacerlo desde hace ya algunos años- , todo aquello que me conmueve para volverlo texto y materializarlo en las experiencias que la vida me regala día a día.

Podría decir que el día de hoy es ordinario, no obstante, la tarde de este día terminó en una sala de cine viendo la creación de James Cameron. Si, no puedo expresar otra cosa más que el disfrute de haber visto esta película con una amiga y colega de profesión que seguramente la disfrutó tanto como yo. Y escribo esto no con el afán de hacer una crítica cineasta, más bien es el afán de compartir mis impresiones después de mantenerme casi 3 horas en la butaca.
Si en algún momento llegan a verla, quisiera decirles que ha sido una experiencia-espejo en la que he visto reflejada una vez más la realidad inminente de nuestra "seudo cultura", la cara del imperialismo, ese con el que no me identifico. Ya he escrito mil veces en este lugar sobre las impresiones de mi trabajo y labor en la que aún sigo y que de cierta manera me ha abierto los ojos de forma tajante para definir lo que quiero y no quiero hacer más.

Avatar puede ser una historia tan surrealista como real, siempre he pensado que la realidad traspasa la ciencia ficción, y de esto sé que no puedo estar tan equivocada, lo cual es lamentable. Una de las cosas que más ha llamado mi atención al ver este film, es el excelente reflejo de la comunidad "científica" de cara a los intereses de una sociedad 100% capitalista, trasfondo del comercio y el "avance" en pro de un "desarrollo" que a lo largo de 25 años de mi vida, no he visto funcionar en armonía a través del tiempo.
Transportando estas imágenes a mi formación profesional, las traslaparía al nivel humanístico y para ser más clara, al trabajo antropológico. Curiosamente me encuentro trabajando en un salvamento arqueológico en el que muchas veces me he encontrado cara a cara con grandes maquinarias a las que yo he denominado "monstruos amarillos", aquellas que me han estremecido y erizado la piel al verlas realizar su trabajo a cielo y terreno abierto, falto de gente que esté interesada en parar inminente destrucción. He enfrentado gente sin la más mínima idea de lo que significa la sustentabilidad ecológica, nuestra historia antigua, he visto como se asesinan árboles endémicos y ancianos; los he visto caer en pos del "progreso", he visto y sentido como retumba la tierra cuando el hombre busca el oro negro, he visto el bloqueo y la contaminación de las aguas claras en pos del "desarrollo económico", he visto la muerte y destrucción de nuestro pasado... ese que tanto me apasiona descubrir.

Ser arqueólogo del pasado no solo significa hurgar la tierra, implica ver los intereses de la gente que no comprende ni comprenderá el simbolismo que desde miles de años nos ha conectado con el mundo natural. Y supongo que mucha gente observará este film sin comprender el mensaje, es terriblemente triste ver que la realidad supera toda ficción y que el rubro científico interesado en la compresión holística del hombre, no es más que un espectador que muchas veces no pude hacer gran cosa ante el inminente poder de quienes consideran más valioso el "desarrollo económico" que la comprensión real de nuestras múltiples naturalezas y conexiones con el mundo que nos sostiene y nos presta vida en este mundo tan bizarro.

Si alguno de los que lee tiene la oportunidad de sentarse en la pantalla grande, os animaría a ver más allá del excelente trabajo de efectos especiales, realmente vale la pena explorar el mensaje del director, cosa que me ha recordado por qué amo mi trabajo a pesar de que somos una minoría. Quizá algún día el mensaje y el resultado de las múltiples labores científico-humanistas vayan más allá de la creación de libros indescifrables, por mi parte no me queda más que desearles el disfrute de escenas surrealistas que me atrevería a jurar que van más allá de la sola ficción, la convergencia perfecta entre lo real y lo surreal, no omitiendo la actuación de Sigourney Weaver y la guapísima Michel Rodríguez ja! Sonrían...




2 comentarios:

  1. venezuela. jajajajajaja no te fijaste del detalle.?

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  2. Ahh Venezuela, Venezuela en todos lados...por qué será?? :D

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