miércoles, septiembre 30, 2009

Registros


Son 7 letras multiplicadas por cada segundo que me regalas, por cada palabra que me enseña a como mejorar en mi vida más allá de lo personal. Me pregunto como caíste de ese barranco, cómo puedes estar sentada sin que tu silla toque la tierra. Es una P la que me invade, es una L la que me transforma, es un instante tu sonrisa, tu obstinada negación que convierte mis cabellos en noches, mis ojos en lunas, mi piel en café con chocolate... Soy como quizá me imaginas, una galleta que contiene tus ingredientes favoritos o el desayuno desnudo de pensamientos paralelos.
¿Cuánto es 60 por 360?, ¿cuánto es tiempo?, ¿cuánto es presencia ante la ausencia?, ante tu mirada pensativa frente a los bolsillos rotos de mi pantalón; esos que ocultaban mis manos porque tenían frío, esos que llevan parches bordados con las redes estelares de la aguja de plata. Eres tu, presencia invisible que recorre los caminos blancos de mi mente, los zapatos que han sacado ramas para elevarse hacia el prusia de mis sueños. Son matemáticas ineficientes calculadas sin pensar, son ese eterno y confuso vaivén de los encuentros inesperados que me mantienen como un profundo y melancólico rehen.

martes, septiembre 08, 2009

El mar es mi esencia


El mar es mi conciencia, tu eres la razón por la que llego a valorarlo
El mar es mi temor...Tú eres el respeto que le rindo cuando naufrago
El mar está en mí, en ti, en los demás...
En mis sueños más profundos, en mis anhelos más certeros
El mar es mi naufragio, el vaivén de mis emociones, las olas que arrastran mi pensar
El mar es mi sentido, la atracción que la luna llena ejerce ante las
olas ensanchándose para poderle besar...
El mar me trae recuerdos, me trae tu aroma, se lo vuelve a llevar...
Es el mar, es el mar, mi eterno y profundo bienestar.

jueves, septiembre 03, 2009

Patologías



Noches turbias, caminos largos, pensamientos inusitados, voy caminando entre sueños ante mis faltas, mis engaños, mis ausencias, mi desconcertante y desconocido yo. Es patológico, lo repito una y otra vez, está en mi mente radicando cual demonio que carcome hasta agotar los recursos jugosos de la carne. Milésimas de segundos dan golpeteos en mis ojos, los cierro; millares de puntos de colores me deslumbran a pesar de la oscuridad, despierto y ya no estás. Miro mis pies, trato de moverme, es una patología sin sentido -me repito-, siempre invade la ecuanimidad. Respiro, sigo mis latidos, vuelvo a recordar...Mis límites han cedido a la enfermedad.