martes, octubre 31, 2006

30 de Octubre




Ayer probé la muerte y me supo a chocolate, luego le di una mordida a sus achichincles que le acompañaban y algunos sabían a jamoncillo
y otros a azucar concentrada. Exploré la riqueza de sus colores, algunos se veian alegres con acentos caracteristícos de su cultura. Miré a mi derecha y vi las flores amarillas, moradas, blancas...eran los colores de la tierra de noviembre que ya se siente en el olfato. Después el pan de un café brillante con ajonjolí, respiré profundo y los olores se mezclaron, era el olor de las tradiciones de mi tierra, era el aroma de la muerte y la riqueza de la vida. Cuan afortunada me senti, al poner en contacto mis sentidos con todo aquello... de un simple caminar por las calles de Xalapa, de unos instantes tras cortinas de papel picado, de instantes... los instantes que vivo.

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