sábado, octubre 28, 2006

Momentos



Esta es una noche de aquellas bizarras en las que no todo ocurre como siempre. Sentada en Ávila Camacho en una banca de la parada de autobuces, había pensado que no era muy tarde para tomar el autobus pero ya son casi las once. Tres personas esperando el bus me hicieron pensar que no era tan tarde... 25 minutos y llegó un autobus -que no era precisamente el que esperaba-, después de un leve cruce de palabras con la señora que se encontraba sentada a mi lado, se despidió amablemente deseando que tuviera una buena noche y buen día mañana.
Por un instante me quedé sola, sentada, después arrivó otra señora que esperaba el autobus que va a Xalapa 2000, de mi lado izquierdo vi llegar a lo lejos a un señor a paso lento, quien me observó lentamente como no importandole nada. Se detuvo cerca de la jardinera que está a un lado de la parada y se inclinó para cortar un diente de león, mientras lo observaba cuidadosamente lo vi soplar suavemente a la pequeña flor, de cuyo cuerpo salieron sus volátiles hilos blancos que volaban al contacto con su aliento, suspendidas alrededor de él y con las lámparas amarillas de la calle me pareció ver de repente luciernágas que giraban a su alrededor... de un jalón movió sus manos de arriba a bajo para hacer salir las últimas hojillas de la flor, y caminó hacia la parada, para esperar como yo el autobus.

lentamente, con calma, me parecio verlo disfrutar la noche, o quiza fui yo la que con gran entusiasmo no dejó pasar el momento. Saqué mi libretita y me puse a escribir lo que me parecio un momento grato del otro lado del espejo...



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