domingo, octubre 22, 2006

Cosas por las cuales sonreir


Hay una pequeña bola de pelos que llegó a casa hace exactamente 17 días, ya hace algo de tiempo que pensé en tener un gato, pero nunca se dio la oportunidad hasta este nuevo ciclo. Y he pensado que quizá no es el mejor momento para cuidar al pequeñin, pero aún así no opuse resistencia a su llegada, y sin arrepentimiento puedo decir que estoy contenta con él.

Hoy recordaba la fecha exacta en la que llegó en manos de Alas, y es que es difícil no escribir algo sobre él, cuando lo veo a un lado de la mesa de trabajo jugando y haciendome compañía e pesar del horario.
Éste gato gris que me acopaña, tiene un buen sentido del humor, es realmente observador y muy curioso como los de toda su familia felina, lo más interesante, es que desde su llegada ha hecho desvanecer los múltiples problemas con los que llega uno después de vagabundear por el extraño mundo de los humanos... y quedo maravillada cada vez que lo contemplo y convivo con el, y pienso; no hay instante más de aquellos... ahora somos Viggo y yo.

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