jueves, abril 29, 2010

Bladimir Cora "Los 12 apóstoles"


El tiempo se encarga de llevarte a los lugares menos pensados, los tiempos te hacen disuadir y coincidir en el momento justo en el que tus ojos están perspicaces y sedientos de nuevos colores. El miércoles pasado me vi saliendo del metro Bellas Artes, son las 8 a.m. y yo aún tengo tiempo de sobra para llegar a una entrevista. Camino hacia mi derecha y me topo con una inmensa barda de arte callejero, pienso que cada que voy a la capital tengo el privilegio de perderme entre formas representativas de ese itinerante mundo de la expresión... todos caminan a prisa para llegar al trabajo, a la escuela, yo voy con los pies ligeros, con la cámara en el cuello mientras soy confundida extrañamente por la gente con Ana Garduño. Adoro las galerías, los museos, pero también adoro encontrarme con el arte en cada esquina sin que sea percibido como tal... Recuerdo que mi maestro de pintura decía; el arte está en todas partes, no tengas miedo de mover las manos para crear! Y unos pasos más adelante, alzando la mirada ahí estaban los gigantes de Cora, fuera del recinto más aclamado en México, mostrando el esplendor de su escultura a la luz del sol, de la luna, del smog, de la lluvia, de la gente que aprecia, de la gente que no, de la que pasa desapercibida sin mirar.

Bladimir Cora es pintor y escultor Nayarito, ascendencia indígena de los Coras de Nayarit, en una definición más desapegada yo diría que es creador de alegorías, materializador de simbolismos colectivos y por qué no, de las flores exquisitas y su impulso indescifrable de su amor por lo femenino.
Cora es creador de imágenes que invitan a concebir nuestras realidades desde otro ángulo, ese que moldea, pinta, acaricia, regala...
"Los 12 apóstoles" es una serie de esculturas de talla directa en madera de árbol de Huayacaxtle, esta exposición fue creada en el 2009 para ser expuesta en el marco del evento "Festival Internacional Cervantino" en la ciudad de Guanajuato. Actualmente, posicionada frente a la explanada del Palacio de Bellas Artes en México que parecen dar tributo al palacio, esos gigantes de más de dos metros, crean sombras, reflejan colores, lágrimas coloridas, formas jamás vistas que como diría Lidia Camacho, recuerdan a los " tótems " de las culturas del norte de América y por qué no, a la escultura africana. Pero no se trata de definir ese arte, libro abierto para todos los imaginarios e ideas, y más que ideas, mi primera pregunta fue; ¿a caso acabó con la vida de 12 árboles gigantes que nos regalan oxígeno? Como suelo ser fanática de los árboles, debo mencionar que me sentí más tranquilidad al enterarme que la recolección de los mismos se dio mediante una selección de árboles caídos y secos con ayuda de la comunidad de San Luís...



Y así, después de fotografiar las expresivas facciones de cada uno de esos apóstoles, terminé sentada en las escaleras del palacio a un lado de un perro dormido, que descansaba a la sombra de ese capítulo itinerante. Más tarde, mucho más tarde... el día ya me había sonreído con buenas noticias. Os invito a darse una vuelta por la galería fotográfica capturada por mi cámara si no tienen la oportunidad de posarse frente a los gigantes de madera. Viajemos por las redes dando click en la imagen principal
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1 comentario:

  1. ese perro se parece a Cafú mi perro mestizo. es lindo.
    y vos... que te puedo decir... no te cansas de dibujar sonrisas en mi cara?

    excelente, me gustaron las esculturas a traves del lente de tu camara, y tu relato, siento que lo vivi yo, jeje!

    saludos de una caja.

    kiss!

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